Retos de los orientadores
Papel actual del Orientador ante las nuevas realidades sociales
El
mundo ha sufrido durante mucho tiempo una serie de transformaciones sociales,
que han modificado los estilos de vida de las personas, la concepción de la
familia, los ideales y pensamientos y hasta la cultura, todo ello a
consecuencia por un lado, de los diversos avances, progresos o innovaciones tecnológicas
y científicas y por otro lado debido a la crisis política, económica y
educacional que viven muchos países, producto al desequilibrio de la situación
sanitaria actual. Estos cambios sociales, suponen un gran reto significativo e
importante para la sociedad y por tanto para la educación, ya que ha impactado
e influenciado en los individuos, expresándose en la forma de comunicarse e
informarse, en la percepción que se tiene de la vida y la existencia.
Ante
dicha situaciones, el papel actual del orientador sea ha convertido en
fundamental y necesario para enfrentar los retos y transmutar ciertas
realidades. En este sentido, la orientación debe dar un auténtico enfoque a
múltiples dimensiones que le permita tener una dirección hacia sus objetivos. Teniendo
en cuenta las tramas de realidades en la que se envuelve el ser humano, las
fracturas sociales en los entornos familiares (la conformación y dinámica de la
familia), es decir, las realidades complejas que vive el ser humano actual, amerita
que la orientación se enfoque y haga énfasis en las múltiples relaciones del
individuo, en otras palabras, en la totalidad integrada de éste, mediante
métodos holísticos, reflexivos y comprensivos.
Es
preciso señalar que el orientador asume un rol decisivo en el proceso de
formación, en donde aporta herramientas que contribuyen al autoconocimiento y a
la toma de decisiones adecuadas para obtener el máximo desarrollo personal,
académico y social del individuo para que logre desempeñarse en un futuro como
un ciudadano y profesional autónomo y responsable.
Sin embargo, el papel del orientador en Venezuela, puede decirse que toma un segundo plano, pues no se le da la importancia que amerita, esto se evidencia observando como otras personas no especializadas en el área, ocupan los espacio de los orientadores o estos desempeñan otras funciones discordantes a las de un orientador. Por ello, para que el proceso de orientación funcione en el contexto educativo, debe existir el recurso humano capacitado para llevar a cabo las funciones correspondientes. Considerando lo anterior, es importante la formación profesional y continua del orientador para que posea las habilidades, los conocimientos y los recursos indispensables que le permitan enfrentar dichos retos actuales.